lunes, 16 de noviembre de 2015

La herencia del pescador

La canoa de Sánchez apareció amarrada donde siempre, sólo que vacía. A media mañana lo encontraron muy cerca, yaciendo en el lecho fangoso del Coronda. Una piedra atada al cuello le impedía buscar la superficie. No fue difícil adivinar los motivos: la pesca era escasa, la paga era mala, la chinita le había endosado un nieto de autor desconocido. Para colmo de males su tercera mujer, briosa y joven, a cada rato se le iba con cualquiera. Todo ese peso cargaba la piedra que hundió a Sánchez en el fondo barroso de su río. Y como estaba bien abajo y ya no la necesitaba, los hijos y las sucesivas concubinas se disputaron a muerte su casa. Solo el Moncho, calladito, supo aprovechar la inesperada bendición: en el espinel abandonado abundan ahora los surubíes, amarillos y moncholos que Sánchez ahuyentaba con su pena.
Esta historia real, ocurrida en Sauce Viejo, resultó finalista de octubre de 2015 en el V Concurso de la Microbiblioteca, junto a textos de Pedro Herrero Amorós, Sergio Astorga, Josefina Maymó i Puig y Raquel Vázquez. El ganador de la categoría castellano resultó Rafa Heredero García.

1 comentario:

  1. Precioso relato que nos traslada a Sauce Viejo sin movernos de casa. Un abrazo.

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